Es cierto que una mālā, es algo que generalmente en occidente, se lleva como un accesorio. Son bonitos, sin duda, pero no son piezas de bisutería, ni joyas con significado simbólico. Es un objeto sagrado, un instrumento que tiene vida, una herramienta para la práctica, hecha para ser usada con respeto, con intención, con presencia. Desde hace siglos (quizá algún milenio) acompaña a quienes repiten mantras, oran en silencio o buscan entrar en la profundidad del propio ser a través del sonido.
Cuando alguien sostiene una mālā entre sus dedos y recita un mantra, está participando en un gesto profundamente transformador. Cada cuenta es tocada como si fuera el aliento mismo. El círculo mismo de la guirnalda no tiene fin: nacimiento y muerte, inspiración y exhalación, comienzo y regreso.
Aunque en el Ṛgveda no encontramos la palabra mālā como lo conocemos hoy, ya se hablaba del poder sagrado de la palabra, del sonido como fuerza creadora. Las guirnaldas eran ofrecidas a los dioses, eran expresión de devoción, de presencia, de entregar de vuelta lo que se nos ha concedido, la belleza era un añadido. Con el tiempo, esa guirnalda se volvió más interior, más silenciosa. Las flores se volvieron cuentas. Las ofrendas se volvieron mantras.
Las semillas de rudrākṣa
La rudrākṣa es una semilla, pero nace de una visión, de un mito, de un gesto divino .El Śiva Purāṇa, especialmente en la sección Rudrākṣa Mahātmya, se cuenta la bonita historia de cuando Śiva , Durante mil años divinos permaneció inmóvil, centrado en el misterio de la existencia y el dolor del mundo.
Cuando abrió sus ojos, no por distracción, sino por compasión, al ver el sufrimiento de los seres sintió un dolor inmenso en su corazón. De sus ojos cayeron lágrimas.Estas lágrimas, al tocar la tierra, se transformaron en semillas sagradas, y de ellas crecieron árboles que contenían las semillas que guardan la mirada de Śiva.Desde entonces, se dice que quien porta una rudrākṣa lleva el ojo del dios; que al tocarla se entra en contacto con su visión, su protección, su energía feroz y auspiciosa a la vez.
Las rudrākṣas tienen “caras” (mukhi), las pequeñas divisiones naturales que se ven en su superfície. La más común y recomendada para todos es la de cinco mukhis, las mismas que nosotros tenemos aquí y que nos traemos de India. Se dice que encarnan a los cinco aspectos de Śiva, los pañchabrahmas, y que su uso protege, purifica y conduce hacia la introspección. No hay en la rudrākṣa ninguna promesa mágica, pero sí hay algo en silencio que se revela con el tiempo.
Algunos textos dicen que llevarla toca los nāḍīs, los canales sutiles del cuerpo. Que protege de influencias negativas. Que calma. Que limpia. Todo eso puede ser cierto, pero lo más importante es que invita al silencio, a la práctica verdadera, sin exhibición.
Así las preparamos de principio a fin:
Antes de escoger tu mālā, debes saber que para nosotros es muy importante tanto el origen de las semillas y las piedras, y de su consagración védica, ya que de otra forma, perderíamos una parte importante de su función y significado: que tu mālā haya sido purificado y «cargado» con mantras védicos en una ceremonia con ese propósito es algo especial que no podrás encontrar en las tiendas. Es así, de esto forma como nosotros tratamos todas y cada una de las piezas que puedes comprar aquí. Por esta razón es muy probable que cuando te llega a casa, tenga manchas amarillas o rojas, de kumkum, o sándalo, usados en la puja.
Así lo hacemos, desde 2019 en Rishikesh, en un pequeño templo justo delante del Ganges, el Templo de Rāmeśvara, de Śiva.
Energizar las malas, es invocar las vibraciones divinas en las semillas a través de rituales y mantras específicos. Es como despertar el potencial espiritual igual que se hace con las imágenes devocionales, antes de ser llevadas a cualquier altar, lo que llama prāṇa pratiṣṭhā. Prāṇa pratiṣṭhā es el momento en que un objeto sagrado se transforma en algo vivo, consciente y digno de culto. Es un acto de reconocer que lo divino puede residir en la materia, cuando hay intención, ritual y devoción.
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Ārdra Mala
39,00 € -
Rāga Mala
29,00 € -
Arka Mala
39,00 € -
Kalāpinī Mala
43,00 € -
Rātri Mala
43,00 € -
Sandhyā Mala
39,00 € -
Dīpikā Mala
39,00 € -
Bhāṣā Mala
43,00 € -
Tithi Mala
43,00 € -
Chāyā Mala
43,00 € -
Citta Mala
43,00 € -
Mahat Mala
43,00 € -
Vāc Mala
39,00 € -
Ānanda Mala
39,00 € -
Sukha Mala
39,00 € -
Mala Rudrākṣa pequeña
20,00 € -
Vyāghra Mala
42,00 € -
Biḍālaḥ Mala
39,00 € -
Candana Mala
41,00 € -
Mala Rudrākṣa
22,00 €





