Por Cristina Toyos González

Hubo un tiempo en que vivíamos integrados con y en la naturaleza. Formábamos parte de sus rituales y comprendíamos la envoltura que ella nos daba. Eran tiempos de conexión y de fusión.
Hoy, lejos queda todo eso, tan solo algunos de nosotros guarda una pincelada en su interior de lo que antaño formaba ese equilibrio con el todo y que hoy, andamos como locos buscando fuera. El lenguaje de las plantas en el Ayurveda, nos invita a acercarnos a estos procesos que perdimos en nuestro caminar.
Existe una comunicación muy parecida a la humana en ellas. Descubrir a través de las plantas nuestros procesos internos parece que se escapa a cualquier tipo de lógica, pero en la naturaleza las cosas funcionan así, un continuo abrazo integrando todo.
Cada ser contiene el Todo
En cada ser está contenido el todo. En la semilla está el árbol; en el árbol el bosque. La conciencia existe en todas las formas de vida siendo la base misma de la creación. Por eso la vida implica relación, interdependencia, unión, un sistema de mutua nutrición y mutuo amor, no tan solo en lo físico sino también en lo psicológico y espiritual.
Fuera de tecnicismos y de nombres, a veces impronunciables, el lenguaje codificado y tangible de estos seres, como la unión entre el cosmos, la luna y nosotros, hace ese combo de alquimia al ingerirlas.
Siempre he encontrado una similitud total entre las plantas y los humanos. Muestran una realidad de conexiones simples para integrar y evolucionar, si se trabaja en equipo. Con el paso de los tiempos, el humano se ha ido alejando de estos tiempos con los que un día vivió unido, por eso el Ayurveda es mucho más que una forma de alimentarse o de pensar, es una unión con el todo, arriba y abajo, integrado.
Nuestra relación con las plantas
Algunas plantas son capaces de potenciar a otras de diferente especie para obtener la sanación. Lo que me recuerda a cuando nosotros, los humanos, trabajamos en equipo, ayudándonos y respetándonos, consiguiendo así fomentar toda una corriente de sanación en uno mediante la ayuda al otro, que aunque no se vea, está, y aunque no lo creamos también sana.
Luego están los anupanas, unos vehículos conductores para la toma de la planta (el ghee, la miel, la leche), lo que también me hace un sutil recuerdo como aquellos canales de apoyo que elegimos para reconducir nuestra vida, bien podría ser el yoga, la ayuda desinteresada o el simple hecho de recitar mantras.
El uso de las gemas, otro aspecto importante dentro de la herbología ayurveda, esa conexión con lo divino, es como el gurú que todos necesitamos, ese hilo conductor que nos tiende la mano para la comprensión y más tarde, la integración de todo cuanto se nos mueve allí fuera, en el escenario de la vida. De alguna forma poco visual pero sí intrínseca, cada cosa une a la siguiente.

Detrás del telón
Existe todo un ritual alrededor de la planta. Su cultivo, recolectado, preparación, todo es un proceso consciente detrás de unas manos que preparan la planta para que ésta con su información y nuestra intención, realice el camino de la sanación. Se suelen utilizar mantras en su preparado. La astrología es el principal método de armonización de estos seres ya que la posición de la luna rige a las plantas.
Mercurio y Júpiter también juegan un papel importante proporcionando sus cualidades y toso esto siempre pidiendo permiso a las plantas para trabajar con ellas. Las palntas, al potenciarse las unas a las otras muestran una comunicación, un proceso de prana o energía.

Brindan el amor, el poder nutritivo del sol, que es la misma energía que las estrellas. Estas energías cósmicas de las plantas nutren nuestro cuerpo astral. Al combinarse entre ellas crean una sinergia, aumentando su poder de curación.
Por eso nos dan versatilidad a la hora de combinarlas permitiendo enfriar o calentar, relajar o agitar y así las fórmulas se van construyendo para cada persona que habita un cuerpo.
Ayurveda va más allá y nos ha dejado en herencia una información que une al cosmos y a la planta, una comunicación mediante las gemas o minerales, transmutando los códigos que guardan en su interior, siendo éstos el ADN del planeta, con toda la predisposición de la Luna, para que esa planta tenga un proceso indicado en nuestro interior.
Curar implica siempre unir. Las plantas muestran la unidad de la naturaleza, mediante la cual quizá podamos volver a entendernos con nosotros mismos. Sin duda, que las plantas existan es motivo de ofrenda.
Sri Dhanvantari Namah
Nos recuerda que todos sin excepción, contenemos dentro al sanador divino y que todo se hace posible con la fe de la gracia divina.
Namaste
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