
Generalmente cuando pensamos en el Ashtanga yoga (Aṣṭāṅga) vemos una forma de yoga intensa, dinámica y muy física. Aunque si me permitís decirlo, el objetivo de la práctica no es conseguir hacer todas las asanas, ni terminar cuanto antes la primera serie para seguir con las siguientes.
Me decidí a escribir esto, porque sé que puede resultar intimidante ver ciertos movimientos, equilibrios, incluso hay quien podría decir contorisones en muchos medios que ahora utilizamos para la información. Pero me gustaría, voy a hacerlo, insistir en que esta práctica se puede adaptar, al ritmo, a la fuerza, a la flexibilidad y al equilibrio de cada persona. Sea cual sea tu momento, puedes practicar ashtanga. Pero solo con una condición: La pereza y la desidia deben mantenerse alejadas de esto.
Para empezar a practicar, solo es necesaria tu voluntad. El compromiso con uno mismo, tener siempre muy claro y recordarte constantemente cuál es la razón que te ha llevado a practicar, ¿por qué practicas? Bueno puede que esto vaya cambiando con el tiempo pero lo más importante es que sea una motivación suficientemente valiosa para tí, porque sin una práctica constante y decidida, en cualquier aspecto de la vida, no conseguiremos grandes cosas. Mi secreto es mi sankalpa. Sé que no se habla mucho de esto, invertir tu práctica, cualquiera que sea, en mejorar algo de tu vida, siempre funciona.
Yoga Chikitsa

Chikitsa o Cikitsā en sánscrito se prodría traducir como terapéutico o medicinal. Yoga Chikitsa es el nombre de la primera serie de asanas del ashtanga. Esta primera serie consta de 72 posturas que acompañadas con una respiración rítmica y controlada de forma muy concreta, generan calor en el cuerpo, con la sudoración se desintoxica, limpia y purifica nuestro cuerpo , se eliminan toxinas, grasas y otras sustancias perjudiciales.
Aunque estamos tratando hacer cambios en nuestro organismo, de forma física, el ashtanga practicado de forma tradicional, te aporta algunas otras más cosas que fuerza, flexibilidad y un cuerpo saludable en definitiva. Y es que mientras nuestra alma esté en nuestro cuerpo no podremos separarlos de ninguna manera, y eso es lo que ocurre poco a poco con este método. Hay una parte más sutil, la parte más espiritual va despertando y no es magia, no es nada más que lo que tu ya eres.
Mantras en el Ashtanga
Y así, está todo formulado para que antes (y después) de la práctica agradezcas y muestres tu respeto a quien ha hecho posible todo esto y lo ha compartido contigo, sin ir más lejos. Los mantras son poderosos y no están muy bien entendidos en occidente. Son una herramienta muy útil para redireccionar y concentrar la mente y lejos de rezarle a un dios con cabeza de elefante, el realidad lo que haces es predisponer tu mente y tu cuerpo, y recordar lo importante que es ser agradecido e invertir un tiempo a dar las gracias. Dedicar tu práctica es clave en el yoga, no solo en el ashtanga, pero quizá de esto hablaremos más adelante.
वन्दे गुरूणां चरणारविन्दे सन्दर्शित स्वात्म सुखावबोधे ।
निःश्रेयसे जाङलिकायमाने संसर हालाहल मोहशान्त्यै ॥
vande gurūṇāṃ caraṇāravinde sandarśita svātma sukhāvabodhe ।
niḥśreyase jāṅgalikāyamāne saṃsara hālāhala mohaśāntyai ॥
आबाहु पुरुशाकारं शंन्खचक्रासि धारिणम् ।
सहस्र शिर्समं श्वेतमं प्रणमामि पतञ्जलिम् ॥
ābāhu puruśākāraṃ śaṅkhacakrāsi dhāriṇam ।
sahasra śirsamaṃ śvetamaṃ praṇamāmi patañjalim ॥
Rezo a los pies de loto del gurú supremo
Que enseña su saber, despertando la gran alegría del Ser revelado
Que actúa como médico de la jungla
Capaz de eliminar el veneno de la ignorancia de esta existencia condicionada.
Ante Patanjali, encarnación de Adisesa, que con su color blanco,
Mil cabezas radiantes (en su forma de serpiente divina, Ananta)
y su aspecto humano a partir de los hombros empuña la espada de la discriminación
junto a una rueda de fuego que simboliza el tiempo infinito y una caracola que
representa para él el sonido divino, me postro.
La verdadera terapia
En mi humilde opinión todos los yogas (si es que existe más de uno) son terapia. No solo son terapia para mantener un cuerpo saludable, enérgico, flexible y fuerte. Son terapia porque frenan tu parloteo mental. Son terapia porque antes o después te enfrentas a lo que eres de verdad, con tus sombras también, y poco a poco vas reconociendo muchas de las cosas que quieres cambiar en tí. El comportamiento durante la práctica es el mismo comportamiento que tienes cuando no practicas y escuchándolo sin el ruido de alrededor, se entiende mucho mejor. Quizá con darnos un tiempo para observarnos ya hemos ganado mucho., pero ¿y si de repente también reconocemos un ego que no hace más que molestar siempre a tí y a los demás? Esta es la verdadera terapia del yoga. Creedme cuando os digo que todo el mundo puede practicar Ashtanga Yoga, al menos, en mi forma de verlo.
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